El pasado 19 de marzo, cuatro miembros del Ejército del Aire perdieron sus vidas mientras se entrenaban para salvar otras al caer al mar su helicóptero Super Puma . Hoy, por fin, sus restos han podido ser despedidos y honrados por sus compañeros de la base de Gando. Y como yo también creo que la muerte no es el final estoy seguro de que, allá donde estén, velarán por sus camaradas, que continuarán cumpliendo con su deber hasta su último aliento.
Desde aquí, un homenaje y un recuerdo de un antiguo alférez del E.A.
domingo, 27 de abril de 2014
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