viernes, 10 de septiembre de 2010

Para lo que hemos quedado...

En un momento de tribulación se nos ocurrió a mi novia y a mí ir al museo de Wolf Vostell de Malpartida de Cáceres. Entre las numerosas ocurrencias de este "artista conceptual" destaca ésta, perpetrada contra este pobre MiG21 (o, más bien, lo que queda de él). En ningún momento los ingenieros Artem Ivanovich Mikoyan y Mijail Gurevich se hubieran imaginado un fin así para uno de sus aviones. Queda el consuelo de que sirve para que aniden cigüeñas...

PD. El título de la obra es ¿Por qué el proceso entre Pilatos y Jesús duró sólo dos minutos? No digo más...