domingo, 28 de diciembre de 2008
Hélices contrarrotatorias
Según el principio de acción y reacción, para que un sistema de fuerzas esté en equilibrio, a toda fuerza se opone otra de su misma magnitud y dirección pero de sentido contrario. Trasladado al complicado sistema formado por el rotor y el fuselaje de un helicóptero, para que lo anterior se verificara, una vez iniciado el giro de las hélices, el cuerpo del aparato se pondría a dar vueltas hasta alcanzar la misma velocidad que aquéllas pero en sentido contrario. Para evitarlo, el diseño tradicional inventó el rotor de cola o anti par. Pero no es éste el único modo de contrarrestar el giro del rotor. Otra solución fue la de combinar dos hélices contrarrotatorias que comparten mástil. De esta manera, la parte trasera del ingenio queda libre para ubicar estabilizadores o timones de dirección, como en el K28 chino de la foto, más efectivos que la acción del conocido rotor de cola.
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