
En los jets anteriores al F22 Raptor, el control del avión se consigue mediante la actuación del piloto en los elementos aerodinámicos, esto es, alerones, flaps, aerofrenos, timones de profundidad y deriva. Con el Raptor, a estos elementos se añade la capacidad de mover las toberas de salida de gases unos grados hacia arriba o hacia abajo. Esta característica dota al F22 de una capacidad de trepar o picar como nunca antes. Lo más parecido, las toberas giratorias del avión de despegue vertical por excelencia: el Harrier.
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