Por encima del convento de la Ascensión de Lerma capté el rastro que muestra lo que normalmente permanece invisible: las rutas aéreas o aerovías. El cielo, como la tierra, tiene sus "carreteras" perfectamente delimitadas y, como los coches, los aviones tienen que ir por ellas según su plan de vuelo y a las órdenes de los distintos centros de control de tráfico. Si no, sería el caos...
martes, 17 de abril de 2007
Aerovía
Por encima del convento de la Ascensión de Lerma capté el rastro que muestra lo que normalmente permanece invisible: las rutas aéreas o aerovías. El cielo, como la tierra, tiene sus "carreteras" perfectamente delimitadas y, como los coches, los aviones tienen que ir por ellas según su plan de vuelo y a las órdenes de los distintos centros de control de tráfico. Si no, sería el caos...
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