Pin up

No hay que ser un lince para al menos sospechar de la procedencia de este anfibio Consolidated PBY Catalina. Su borrada "pin up girl" con la inscripción aún visible bubbles (burbujas) en la proa nos habla de sus orígenes americanos, de la época de la Segunda Guerra mundial. Los Catalina volaron sobre todo en el Pacífico durante este conflicto con misiones de vigilancia y búsqueda y rescate, a lo que se dedicó también este ejemplar durante su servicio en nuestro Ejército del Aire.

Viejas glorias

Su tiempo pasó. Los dos UH1H plateados formaron a cientos de pilotos de helicóptero de las Fuerzas Armadas con Sierra Nevada como paisaje de fondo, en la base de Armilla, en Granada. Y más de una multa, seguro, se habrá puesto desde el Alouette amarillo de la Dirección General de Tráfico que se ve en último término. Tuvieron su momento. Ahora descansan en el Museo del Aire de Cuatro vientos.

Cementerio

Qué pena me da ver en semejante estado lo que no hace demasiado tiempo fue material de vuelo de nuestra Aviación. En primer término, con la escarapela descolorida, la parte trasera del fuselaje de un Mirage III de Ala 11 (cuando ésta estaba en Manises, Valencia) comparte destino con dos esqueletos de lo que una vez fueron UH1H. Ojalá los restauren pronto.

La cruz de San Andrés

A comienzos de la guerra civil el general Franco ordenó pintar la cruz de san Andrés en los aviones sublevados para evitar derribos no deseados. Pero el origen del uso militar de la cruz de San Andrés, que aparece pintada en la cola de todas las aeronaves del Ejército del Aire, hay que buscarlo mucho más atrás, en la época del matrimonio entre Juana de Castilla y Felipe el Hermoso, momento en que la primogénita de los Reyes Católicos vinculó a su propio escudo el aspa de Borgoña, región cuyo patrón es San Andrés, como homenaje a su marido.
Figuró en la bandera militar española por decreto de Felipe V dado a 28 de febrero de 1707. Un poquito de historia nunca viene mal.

Dornier 27

Tenía yo 6 o 7 años cuando vi volar por primera vez a la Dornier 27 en el aeródromo de Tablada, en Sevilla. Por aquel entonces era una avioneta de enlace que utilizaba el Ejército del Aire. Años después pude sentir las sensaciones que su motor Lycoming GO-480 de seis cilindros y de 274 caballos producían en mí. El aparato, pequeño, de tan sólo 12 metros de envergadura y de apenas una tonelada de peso en vacío, casi volaba solo. Mi último contacto con la entrañable Dornier 27 fue en un campamento aeronáutico que se desarrolló en la Academia General del Aire en julio de 2002. En aquella ocasión su cometido era remolcar los veleros donde se practicaba el vuelo sin motor. Podía volar asombrosamente despacio; su velocidad de pérdida rondaba los 74 km/h, tenía un alcance de casi 1.300 kilómetros y un techo de servicio de 6.200 metros.

A distancia

Al no dejar acercarse más, esto es lo que se puede ver del cuadro de mandos del DC9. En primer término, fuera de foco, se adivinan las palancas de gases de los dos motores (por cierto, con las palancas de la reversa activadas) y el bloque central, al fondo, con los instrumentos de los motores como el indicador de rpm, cantidad de combustible en los tanques, ritmo de consumo, presión del aceite... A la izquierda, quemados por exceso de luz, se vislumbran el horizonte artificial y tal vez la brújula. Lástima no poder acercarse más para apreciar la cabina en toda su pequeña amplitud.

En el museo

El viernes fui de nuevo al Museo del Aire, en Cuatro Vientos. Quería visitar el hangar número 6, recientemente abierto al público. Lo más llamativo es la presencia de las secciones de proa de dos aviones de línea casi se podría decir que legendarios: el Boeing 727 y el McDonnell Douglas DC9.
La foto es de la sección del DC9.

Mala noticia

Suráfrica ha anunciado la cancelación de la operación de compra de ocho aviones de transporte Airbus A400M debido al aumento de los costes y a los retrasos en las entregas. Un buen varapalo a las expectativas de este producto europeo a tan solo un mes de su vuelo inaugural.

El más delgado

La primera vez que vi un Bell AH1 Cobra como el de la foto, lo que más me llamó la atención fue la anchura de su fuselaje: 0,91 metros; el espacio justo para el asiento y apenas dos consolas laterales de instrumentos. En el aire, de frente, apenas se ve. El piloto es el que va detrás, en una posición más elevada que su compañero el artillero, que se encarga de manejar el cañón Gatling de tres tubos, derivado del M61 Vulcan, y el resto de cohetes alojados bajo las minialas situadas a mitad del fuselaje.

El primero para Europa

Hacia París está saliendo este A380, el primero que recibe una compañía europea, en este caso Air France/KLM, que va a destinarlo a cubrir la ruta París-Nueva York.